Siempre hay que separar los acuerdos entre políticos en: el plano económico y en plano político.
Cada persona que «salta» o deja «enamorarse» por otra bandería lo hace sobre la base de un acuerdo comercial, político o ambos, inclusive.
En el caso Alfredo Pichardo, hasta ayer del equipo de Ramón Cabrera y hoy de Alfredo Martinez se «dice» que este último acordó el concluir una deuda de familia y un poco más de dinero, millones, sin embargo, asegurar esto desde cualquier diario seria un atrevimiento siempre y cuando no hay pruebas desde acá, de estas posibles conclusiones y transacciones.
En el plano político, parece no supo esperar.
Es claro que la escogencia a Rafael Castillo, ex aspirante a diputado con «calificaciones sobresalientes» en el 2012 y devenido «mano derecha» de Cabrera no solo en la campaña 2016 sino en el día a día, dejar pasar la oportunidad, debió ser muy duro y habia que tener mucha conciencia política, entender que cuando es y cuando no puede ser, para aceptar el señalamiento del «preferido» para esa posición por el aun diputado Cabrera
Algo es claro, si Pichardo quiere ser apoyado por Alfredo en cuanto a diputación… ya ese «barco» está medio lleno. Freddy Santana, funcionario de la alcaldía y Maria Gallard, quien llega con un excelente trabajo como diputada y ahora, él, pidiendo permiso para pasar.
El salto de equipo en medio de la batalla electoral es posible que le sea muy desfavorable. Es menester recordar que para regidor «le costó trabajo» llegar y fue duramente impugnado por el hoy precandidato a diputado Danilo Mesa.
El equipo de Cabrera apunta a ripostar con la colocación en la regiduria que «el deja desierta» al veterano y bien ponderado Winston Baez, a quien se le «jugó» una mala pasada en la campaña anterior y quien ha permanecido muy activo en las estructuras partidarias como miembro del Comité político, cargo que logro contra viento, marea y mucho dinero en su contra.
Así el panorama va acomodándose.
Cada quien escribe su propia historia, su propio futuro, gane o pierda, la desición es de cada quien.
A Pichardo hace poco le preguntaron «cómo estan las cosas en el ayuntamiento» dijo que «no bien pero que no se podia decir»…
Personalmente, en la última rueda de prensa con Cabrera y frente a todos cuando se le preguntó «cómo estaba su campaña» dijo que «muy bien», pero alejando la vista y bajando por momentos la cabeza. Hoy sabemos que trataba de mantenerla arriba.
